De la Desilusión a la Ecoaldea: la historia del fotógrafo que decidió construir su refugio en Colombia
Gus MalabaresCompartir
🌿 La desilusión como punto de partida
Todo empezó con una sensación que muchos compartimos: la desilusión con lo complejo.
Hugo, fotógrafo de profesión, se cansó de depender de otros para construir, planear o crear. Después de perder tiempo y dinero en proyectos que no le dejaron satisfacción, decidió cambiar el rumbo.
“Me volví dependiente de terceras personas y eso no me llevó a ningún lado. Me llevó a una desilusión grande, y entonces empecé la búsqueda de cómo diablo se puede hacer uno solo.”
Ese fue su punto de quiebre. La pregunta que todos deberíamos hacernos alguna vez:
¿y si sí puedo hacerlo por mí mismo?
🛠️ Construir para recuperar la libertad
La historia de Hugo es la de alguien que decidió recuperar el control de su vida a través de la autoconstrucción.
Compró madera, buscó herramientas, se metió al terreno y empezó, sin saberlo todo, pero con la determinación de aprender.
“Solo pedí ayuda para descargar la madera porque me costaba el peso. De resto, todo lo hice solo, para demostrármelo a mí mismo.”
Así nació su primera cabina BikiniHouses: una estructura A-Frame construida con ingenio, sin arquitectos ni planos complicados, adaptando materiales disponibles y soluciones simples.
Esa pequeña construcción no solo se volvió su refugio; se convirtió en su manifesto de independencia.
🌎 La revolución de la vida simple
En un mundo que empuja hacia lo grande, lo costoso y lo rápido, proyectos como el de Hugo recuerdan algo esencial:
vivir en el campo debería ser posible con la menor inversión y la mayor diversión.
Esa es la esencia de la Rapintería: buscar la belleza en lo simple, aprovechar materiales comunes y demostrar que no se necesita un título para levantar algo con sentido.
En la práctica, los errores se vuelven maestros; los imprevistos, aliados.
Si la madera no alcanza, se adapta. Si algo se rompe, se repara.
Así se construye una nueva forma de vida: ligera, libre y con propósito.
🪵 La cabina como semilla de una ecoaldea
Hugo no está solo levantando una cabina. Está poniendo la primera piedra —o mejor dicho, el primer tablón— de una ecoaldea con cero desperdicio, rodeada de árboles de mango y plátano en su terreno en Chía.
El sueño es simple pero poderoso:
que cada persona pueda construir una pequeña estructura, aprender en el proceso y luego enseñar a otros.
“Aquí estamos rompiendo esquemas. Quiero hacer mi aldea.”
BikiniHouses conecta esas pequeñas historias. Cuando alguien en México, Colombia o Chile levanta una cabina, está abriendo un camino para otros. Una red de constructores y anfitriones que viven de forma congruente, sin desplazar la naturaleza, sino coexistiendo con ella.
💡 Aprender haciendo, compartir viviendo
Lo que hace valiosa la historia de Hugo no es solo la construcción, sino la intención.
Construir se convierte en un acto educativo, terapéutico y regenerativo.
Cada tabla colocada es una declaración de independencia, cada error corregido es una lección.
El Rapintero lo resume así:
“Siento que los esquemas tradicionales son netamente comerciales y nos tratan de sacar lo poco que tenemos.”
Frente a eso, la propuesta es clara: volver al juego, a la curiosidad, a la experimentación.
Construir como cuando eras niño y hacías tu casita del árbol, pero ahora con propósito.
🔥 Un llamado a los nuevos constructores
Hoy, Hugo ya no habla de frustración, sino de gratitud.
De haber pasado del “no sé cómo” al “ya lo hice”.
Su historia demuestra que una persona con visión puede cambiar su entorno.
No se trata solo de madera y tornillos, sino de valentía y de una idea que crece como un árbol: primero raíces, luego sombra, luego frutos.
Si tú también has sentido esa necesidad de independencia,
de construir algo propio y compartirlo,
este es tu momento.
👉 Descubre cómo empezar tu proyecto en bikinihouses.com
y forma parte de la red de Aliados Constructores que están redefiniendo lo que significa vivir libre.